lunes, 8 de septiembre de 2008

Opiniones


Reflexión de otra reflexión

A veces es muy difícil decidir sobre nuestra propia vida, más difícil debe ser decidir sobre la de los demás. Debe ser para un padre insufrible la idea de tener que pedir a alguien que no salve la vida de su hijo. Aceptar que ya no hay nada más por hacer y que lo que queda es dañino y doloroso. Es muy cierto lo que dice la abogada de la familia: “Esto no es un caso de eutanasia, que tiene como fin provocar la muerte en forma deliberada”. En este caso, lo que se está haciendo no es desconectarlo de un sistema que lo esta ayudando a vivir sino que se están negando a hacerle prácticas de resucitación invasivas. Teniendo en cuenta que una encefalopatía progresiva no deja vivir a una persona más de 15 años, llegar a los 20 es un triunfo para este joven. Es haber superado la meta de lo esperable. Para sus allegados, quienes compartieron con él estos 20 años, debe ser muy angustiante perderlo, pero también debe ser tremendamente insoportable ver el sufrimiento diario de este muchacho. Hay cosas que deben llegar a su fin de la mejor manera posible, por lo cual hay que dejar que las cosas sean y no impedir la dignidad de morir en tranquilidad.

M. del Bao

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una nota fuerte, que en cierta forma hace reflexionar a uno sobre el verdadero poder que tenemos acerca de nuestra propia vida. estuvo muy bueno